Hildebrandt no se dirige a los jóvenes del MOVADEF, sino a los jóvenes que sabe que el MOVADEF movilizará. En su vano intento por apartarlos del camino del pueblo, crea una serie de fantasías propias de un intelectual burgués temeroso ante el avance de nuestro movimiento de izquierda que le hace frente a la política de derecha del gobierno y el desenvolvimiento de su militarización, que es el que denuncia con más ahínco el plan de nueva acumulación originaria del Estado, la concentración capitalista de la tierra, y la expansión minera. Hildebrandt, como Cotler, teme de nuestra participación política, por eso no dice nada cuando detienen a nuestros compañeros y los persiguen. De eso no dice ni pío ni tenemos esperanzas en que diga nada.
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